El principal promotor de tales hechos, plasmados en las páginas de la historia, es el insigne Capitán de Fragata Pedro Sainz de Baranda y Borreyro, quien nos legó un país libre, gracias a sus acciones impregnadas de valores que conforman ahora la moral de los marinos navales.
Con base en lo anterior el 21 de noviembre de 1991 el entonces Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, emitió un decreto en el que se dispuso que el 23 de noviembre de cada año sea la fecha destinada en el calendario cívico nacional para festejar el “Día de la Armada de México”.
El 23 de noviembre de 1825 se logró la consolidación de la Independencia Nacional, por parte de la flota naval mexicana, misma que hizo capitular el último reducto colonialista establecido en el Castillo de San Juan de Ulúa, en Veracruz.
La Independencia que ahora disfrutamos es la suma de incontables esfuerzos, sacrificios y vidas humanas de los marinos de México, que desde entonces perfilan su labor para servir a su Patria, contribuyendo así a preservar la soberanía e integridad territorial y a mantener el Estado de Derecho en la Mar.