El llamado que hizo el cura Miguel Hidalgo y Costilla aquel 16 de septiembre de 1810, abrió la etapa de iniciación del movimiento armado que derivaría años después en la Independencia de México. El poder de convocatoria de este insurgente fue enorme, la invitación a levantarse en armas en contra del enemigo francés, del mal gobierno, a favor de Fernando VII y por el bien de América, encontró muy buena acogida entre la sociedad novohispana.
Las ideas por la autonomía se fueron expandiendo con bastante rapidez dando paso al surgimiento de algunos jefes locales, quienes organizaron la lucha abarcando puntos importantes del territorio de la Nueva España: Mariano Jiménez, comisionado por Hidalgo como Comandante de las Provincias Internas, tenía dominado el camino desde Coahuila hasta Texas; José María González Hermosillo, quien tomó el Rosario, Mazatlán y San Sebastián en Sinaloa; Rafael Iriarte tomó León, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas y San Luis Potosí, Miguel Sánchez y los hermanos Villagrán en Querétaro y Huichapan –Hidalgo-; Tomás Ortiz y Benedicto López en Toluca –México- y Zitácuaro –Michoacán-; Ávila y Rubalcaba en Cuernavaca; José Antonio Torres –conocido como “El amo”- ocupó Colima, Sayula, Zacoalco –Jalisco- y Guadalajara.
José María Mercado y la toma de San Blas
Puerto de San Blas de Nayarit
Los insurgentes pronto se dieron cuenta de la gran importancia que tenían los puertos de ambos lados de la Nueva España, de donde sabían que podían tener facilidad para recibir, entre otros beneficios, armas y pertrechos para la causa. Por el lado del Pacífico uno de los más significativos fue el puerto de San Blas de Nayarit, importante apostadero de la Marina española, además de constituyó una de las terminales del comercio con el Oriente. Este puerto fue fundado por el visitador José de Gálvez el 16 de mayo de 1768, estableciéndose ahí un astillero en donde fueron construidos numerosos barcos. Geográficamente por algún tiempo fungió como un punto estratégico como medio de unión y comunicación entre Filipinas, Guadalajara, Tepic y la Ciudad de México. Este puerto se convirtió en la primera salida hacia el mar para los insurgentes.[1]
José María Anacleto Mercado José María Anacleto Mercado,[2] cura de la parroquia de Ahualulco –Jalisco- se unió al movimiento en contra del gobierno usurpador en España. Aprovechó la oportunidad cuando “El amo” Torres, que era jefe del movimiento armado en Nueva Galicia,[3] ocupó Guadalajara el 11 de noviembre de 1810. Respetando la autoridad de éste, Mercado decidió unirse a la causa pidiendo su autorización para iniciar una campaña en la zona de Tepic, específicamente en el puerto de San Blas. De hecho, el cura Mercado recibió la aprobación de Hidalgo cuando éste le confirió el nombramiento de Comandante de la División del Poniente.[4] Desde su curato lanzó el llamado a la rebelión el 13 de noviembre de 1810, logrando que se le uniera un no despreciable contingente en el que incluso se encontraba su propio padre don José Mercado.
En su camino a San Blas, el primer lugar al que llegó fue Tepic el 20 de noviembre de 1810 y ahí exigió la rendición del lugar cuya guarnición no presentó resistencia, tomándola sin disparar un solo tiro.[5] Ahí se hizo de seis piezas de artillería y sus fuerzas aumentaron de 50 a 2000 hombres.[6] Con este primer éxito continuó su camino hacia el puerto de San Blas que en ese momento era comandado por el Capitán de Fragata José Joaquín Labayen y Larriñaga. El día 26 de noviembre de 1810 el cura de Ahualulco ya se encontraba frente a San Blas. En él se encontraban dos bergantines, el San Carlos, que era una embarcación de guerra comandado por Jacobo Murphy y El Activo comandado por Antonio Quartara. El realista Ramón de Moyúa era el comandante interino de artillería en el puerto. Desde su campamento Mercado envió un oficio solicitando la capitulación del apostadero y las condiciones en las que se debía efectuar la misma.[7]
Labayen no respondió a esta intimación pero, viendo muy cerca el peligro, tomó algunas medidas para la defensa del puerto, quemando los almacenes para que, de ser tomado el apostadero por los insurgentes, éstos no les fueran de utilidad. Al no obtener respuesta, entonces Mercado adoptó medidas más radicales, enviando otra comunicación a Labayen declarando en estado de sitio a San Blas[8] y responsabilizó al jefe realista de las desgracias que pudieran suceder. La respuesta a esta amenaza fue comisionar al Alférez de Fragata de la Real Armada Agustín Bocalán para entrevistarse con Mercado y comunicarle que estaban dispuestos a defenderse del ataque insurgente.[9] El alférez regresó donde Labayen y exagerando –en un esfuerzo por salvar sus propiedades de la posible tragedia- le informó que el contingente de Mercado era muy numeroso y se encontraba bien equipado.[10]
Esto hizo que Labayen accediera a capitular, enviando nuevamente al Alférez Bocalán para negociar la entrega de San Blas. Después de efectuarse dos juntas,[11] el cura rebelde elaboró las cláusulas de la rendición, contemplando la entrega del Castillo, armas y buques, el descargo de los cañones y la entrega de los pertrechos. Para la capitulación voluntaria, el cura se comprometió a respetar la vida de los europeos, pidiendo de ellos a cambio la declaración de las personas y haciendas a su cargo. De no llevarse la capitulación de manera voluntaria, Mercado estaba decidido a tomarla plaza por medio de las armas.[12]
El Comandante de San Blas aceptó esta capitulación a pesar de la oposición de algunos de sus subalternos, como Mateo Plowes y el Alférez de Fragata Felipe García, quienes insistieron en la defensa y en mantener preparadas las embarcaciones para retirarse por mar. Finalmente se dio cuenta que no podía continuar la resistencia y accedió a entregar la plaza, pidiendo sólo la modificación de la clausula referente a la situación de los europeos, solicitando a Mercado que a éstos se les dejara en plena libertad de dirigirse a donde les pareciera más conveniente.[13] El 30 de noviembre de 1810, mientras entregaban el puerto de San Blas, Mercado mantuvo como rehenes a Plowes, Agustín Bocalán, Francisco Pujadas, José Monzón, Marcelo Croquer y al capellán José Afanador.[14] Entrada la noche de la capitulación, se permitió que los bergantines San Carlos y El Activo zarparan llevando a bordo a las autoridades realistas del puerto de Nayarit.
En el momento de la pacífica capitulación, según el informe que rindió Vicente Garro, administrador de correos de Guadalajara a Félix María Calleja, San Blas se encontraba en las siguientes condiciones:
…un castillo respetable con doce cañones de a veinticuatro que defiende el puerto y puede arruinar la villa; cuatro baterías en ella, y en la mar una fragata, dos bergantines, una goleta y dos lanchas cañoneras: una segunda esperanza de que diese fondo de un día a otro la fragata Princesa y la goleta particular S. José con harinas: seiscientos o setecientas cargas de estas que existen en la plaza; igual número con corta diferencia de arrobas de queso: más de mil fanegas de maíz: de ciento cincuenta o doscientas reses, y facilidad de traer por mar un corto tiempo de las Bocas, Guaimas y Mazatlán la carne, harina y reales necesarios: abundantes pozas de aguas en el recinto de la villa: trescientos hombres de marinería, doscientos de maestranza, y más de trescientos europeos armados y dispuestos como aquellos a defenderse: ciento y tantas piezas de artillería de todos calibres, y montadas cuarenta de ellas con sus correspondientes municiones, y ocho o nueve oficiales de marina…[15]
El Alférez de Fragata Felipe García declaró también que la plaza de San Blas estaba fuertemente fortificada y en condiciones para su defensa:
…la plaza estaba suficientemente fortificada, teniendo una batería de 5 cañones de a 8 en San José, otra llamada Santiago de 4 culebrinas de a 4, otra llamada de Guadalupe con 6 cañones, 2 de a 20 y 4 de a 6, y otra en el paraje que llaman la Contaduría de 3 a 4 cañones, 3 lanchas cañoneras en el estero de Cristóbal, una con 1 cañón de a 24, y las 2 restantes con uno de a 6, y una lancha cañonera con un cañón de a 24; más unas baterías nombradas el Castillo, que le parecen tenían 14 cañones de todos calibres; cuyas fuerzas consideran suficientes para resistir algunos ataques con respecto a la pólvora y municiones dichas…[16]
Mercado entró a San Blas, confirmó la capitulación el 1º de diciembre de 1810 e informó las buenas nuevas a Miguel Hidalgo, con quien siempre tuvo comunicación. De la artillería encontrada en el apostadero, Mercado envió a Hidalgo gran parte para apoyarlo en la campaña común que estaban llevando a cabo.[17] El logro de la toma de San Blas, hizo que el Generalísimo –como era llamado Hidalgo- otorgara a Mercado el grado de Brigadier del Ejército Insurgente.[18] A pesar de estos pequeños triunfos, en estos momentos el movimiento del padre Hidalgo comenzó a decaer tras las derrotas sufridas frente al ejército de Félix María Calleja.
El triunfo de los realistas Ya en el puerto de San Blas, los insurgentes se apoderaron de la fragata Concepción, el bergantín Escaldez y capturaron el barco harinero Batanes y la fragata Princesa; además de algunas pequeñas lanchas y falúas, todas ellas no muy útiles para la causa por necesitar carenarse. Mercado procedió a reanudar los trabajos del arsenal construyendo pequeños carros para trasladar la artillería que haría llegar a Hidalgo. Durante los últimos días de 1810 el cura de Ahualulco emprendió su camino hacia Tepic y al iniciar el año de 1811 se dirigió hacia la capital de Nueva Galicia –Guadalajara- con el fin de unirse con las fuerzas de Hidalgo.
En su trayecto se enteró del enfrentamiento que el ejército desorganizado de Hidalgo tuvo con la experimentada milicia de Calleja en la batalla de Puente de Calderón –Guadalajara-,[19] derrota que hizo que el cura de Dolores fuera destituido del mando militar, mismo que pasó a manos de Ignacio Allende. Debido a estos acontecimientos, Mercado decidió regresar a Tepic y en el camino abandonó sus cañones en el fondo de la sierra.
General José de la Cruz El General José de la Cruz procedente de la península Ibérica llegó comisionado a la Nueva España para atacar a los insurgentes en la Nueva Galicia. Ya en Ahualulco ofreció a Mercado el indulto,[20] el cual no aceptó y se dirigió a San Blas para guarecerse en el apostadero, sin saber que ahí mismo se conjuraba su aprehensión. Nicolás Santos Verdín, cura de la villa de San Blas, convocó al pueblo para pactar la captura de Mercado, de su comandante Joaquín Romero, Esteban Matemala y sus respectivas familias,[21] plan que se efectúo la noche del 31 de enero de 1811. Mercado al tratar de escapar murió despeñado en la profundidad de un voladero. Es preciso mencionar que su cadáver fue colgado en una garita del camino, expuesto como escarmiento para todos aquellos insurrectos. En esta acción se tomaron reos a José Antonio Pérez, a los Coroneles José Manuel Gómez y Pablo Covarrubias, Pedro Castillo, además del padre del cura rebelde. El 12 de febrero de 1811, de la Cruz llegó a San Blas, haciendo oficial el triunfo de los realistas y dando fin al levantamiento insurgente en el apostadero nayarita.
José de la Cruz giró instrucciones para organizar a la marinería y maestranza reunida en el arsenal del puerto, comenzar la construcción de pertrechos y nombrar la tripulación para la fragata Princesa para ponerla en condiciones de recibir cargamentos. Tras el triunfo de los realistas sobre los insurgentes, la gente del puerto de San Blas comenzó nuevamente sus actividades, con la orden de las autoridades del lugar de “hacer como si no hubiera pasado nada”, a fin de lograr que todo regresara a su antigua normalidad.
El movimiento de Hidalgo resultó fuertemente afectado por el ejército realista encabezado por Calleja, tan es así que después de la batalla de Puente de Calderón ya no le fue posible recuperarse. A los dirigentes de la insurgencia no les quedó otro remedio que emprender la huída hacia el norte del país. En su camino a Monclova cayeron en una emboscada siendo capturados el 21 de marzo de 1811. Hidalgo, Allende y Aldama fueron trasladados y juzgados en Chihuahua. El cura de la parroquia de Dolores fue ejecutado el 30 de julio de 1811. Su cabeza, junto con la de sus lugartenientes, fue colgada y exhibida en cada una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas –Guanajuato-, lugar en donde obtuvieron su primer y único triunfo.
[1] Enrique Cárdenas de la Peña, Historia Marítima de México. Guerra de Independencia 1810-1821, Vol. 1, México, Lito Ediciones Olimpia, 1973, 326 pp. p. 67. [2] Para la biografía del cura de Ahualuco se pueden revisar las siguientes obras: José María Mercado, héroe de nuestra Independencia de Salvador Gutiérrez Contreras y Apuntes biográficos del Sr. cura d. José María Mercado de Luis Pérez Verdía. [3] Nueva Galicia abarcaba los actuales territorios de Jalisco y Nayarit, parte de Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí y Durango. [4] Documento núm. 115, Nombramiento hecho por el Sr. Hidalgo al Sr. Cura D. José María Mercado de Comandante en jefe de las fuerzas que operan sobre San Blas, 27 de noviembre de 1810, en Juan E. Hernández y Dávalos, Historia de la Guerra de Independencia de México, Tomo I, México, Comisión Nacional para las celebraciones del 175 aniversario de la Independencia Nacional y 75 aniversario de la Revolución Mexicana, 1985, 936 p., p. 348. [5] Juan de Dios Bonilla, Historia Marítima de México, México, Editorial Litorales, 1962, 718 p. p. 193. [6] Enrique Cárdenas de la Peña, Historia Marítima de México. Guerra de Independencia 1810-1821, Vol. 1, p. 69. [7] Documento núm. 87, Primer oficio del Sr. Mercado intimando rendición a la guarnición de San Blas, 26 de noviembre de 1810, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, pp. 257-258. [8] Documento núm. 88, Segundo oficio del Sr. Mercado poniendo plazo de media hora para la contestación, 28 de noviembre de 1810, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, pp. 258-259. [9] Al parecer Bocalán tenía algunas propiedades en San Blas que trató de evitar que fueran afectadas con un posible enfrentamiento entre realistas e insurgentes. [10] Operaciones de Guerra 916, f. 33. Archivo General de la Nación. [11] 29 y 30 de noviembre de 1810. A esta última junta asisten los tenientes de navío Jacobo Murphy y Ramón de Moyúa, el teniente de fragata Antonio Quartara, el alférez de navío Silvestre Madrazo, alférez de fragata Mateo Plowes, Felipe García y José María Narváez, los oidores Recacho y Alva, los Capitanes de las compañías de voluntarios y comerciantes europeos Juan José de Hecharte (Echarte), Carrión, Costilla, Pacheco, Francisco Pujadas y el Teniente de la Compañía Veterana Manuel Buentiempo. Enrique Cárdenas de la Peña, Historia Marítima de México. Guerra de Independencia 1810-1821, Vol. 1, p. 74. [12] Documento núm. 90, Primeras proposiciones para la capitulación y entrega de la plaza, 29 de noviembre de 1810, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, p. 260. [13] Operaciones de Guerra 144, f. 84. Archivo General de la Nación. [14] Enrique Cárdenas de la Peña, Historia Marítima de México. Guerra de Independencia 1810-1821, Vol. 1, p. 75. [15] Carlos María de Bustamante, Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana, Tomo I, México, Ediciones de la Comisión Nacional para la celebración del Sesquicentenario de la proclamación de la Independencia Nacional y el Cincuentenario de la Revolución Mexicana, 1961, 662 p. p. 120. [16] Causa formada a los jefes realistas que entregaron el arsenal y puerto de San Blas al Sr. Cura don José Ma. Mercado, Operaciones de Guerra 144, fojas 1 a 302. Archivo General de la Nación. [17] Documento núm. 138: Comunicación del Sr. Mercado al Sr. Hidalgo sobre remisión de artillería y demás pertrechos de guerra, 22 de diciembre de 1810, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, p. 366. [18] Documento núm. 131: Comunicación del Sr. Hidalgo al Sr. Mercado, sobre negocios de importancia y le remite el nombramiento de Brigadier, 16 de diciembre de 1810, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, pp. 359-360. [19] Documento núm. 161: Los alcaldes de Ahualulco avisan al Sr. Mercado la pérdida de la acción de Calderón, 21 de enero de 1811, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, p. 389. [20] Documento núm. 168: D. Manuel Álvarez da parte al Sr. Mercado de la entrada del general Cruz a Ahualulco y le ofrece el indulto, 28 de enero de 1811, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, pp. 394. [21] Documento núm. 176: Parte del cura D. José Nicolás Verdín de la contrarevolución formada en San Blas contra el cura Mercado, 8 de febrero de 1811, en Juan E. Hernández y Dávalos, op. cit., Tomo I, pp. 401-402.
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